lunes, 16 de noviembre de 2009

Divulgan fotos en las que Sobeida Feliz, la prófuga, figura atada y amordazada


SANTO DOMINGO.- Fotografías con las que se pretende dar a entender que la prófuga Sobeida Feliz se encuentra secuestrada, fueron remitidas a un periódico de esta capital, lo cual ha provocado una inmediata movilización de las autoridades encargadas del caso.

En las fotos la “prófuga” aparece vestida de negro, amordazada y con las manos atadas y la cabeza cubierta con un pañuelo del mismo color. Tambien presenta moratones en las piernas. Las mismas habrían sido llevadas al periódico El Nacional por un taxista no identificado quien dijo haberlas recibido de un tal Héctor.

El periódico hizo la publicación de las imágenes, con la siguiente inscripción:

“¿Sobeida?”
“Ni siquiera en gente de su confianza hay unanimidad a la hora de determinar si estas fotos son de Sobeida Féliz Morel. Unos dicen que es ella y otros, sin llegar a negarlo a rajatabla, lo dejan en dudas. Lo innegable, sin embargo, es que se quiere transmitir el mensaje de que ella está cautiva y de ahí la foto en la que alguien le coloca un arma de fuego en la cabeza, pese a estar atada por los brazos y amordazada. Los investigadores buscan al supuesto taxista que trajo las fotos a El Nacional, luego de recibir la paga de un tal Héctor, quien tampoco aparece”.
Recompensa
Precisamente este lunes un millón de pesos como recompensa fue ofrecido a la persona que suministre información sobre el paradero de la prófuga Sobeida Feliz, a la cual las autoridades acusan de estar implicada en una operación de lavado de dinero.
Los organismos de seguridad del Estado dominicanos iniciaron este lunes una campaña a través de los medios de comunicación en la que muestran imágenes de la fugitiva y ofrecen la recompensa. Igualmente serán publicadas fotografías suyas en lugares públicos y se informará de dos números de telefónicos donde los ciudadanos podrán llamar sin cargos para ofrecer detalles de su paradero, con la garantía de que las informaciones serán tratadas con toda la discreción que demandan las circunstancias.

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