
Previo a su llegada, tanto la entrada del edificio como el apartamento 22-B en el segundo piso, tenían ambiente de fiesta por lo que no sólo su familia estaba de júbilo, sino también decenas de residentes en el vecindario.
Lo primero que dijo es que después de la injusticia que se hizo con él, se siente alegre y vive de nuevo. “Gracias Señor, gracias Señor”, repetía una y otra vez con los ojos llorosos el dominicano que por casi 19 años, fue condenado injustamente por un asesinato que no cometió.
“Por todos esos años que estuve en prisión, sufrí de grandes depresiones, pero por fin, este día ha llegado, gracia Dios!”, exclamaba Bermúdez rodeado de hermanos, la madre, el padre y otros parientes que lo abrazaban y se aferraban a él con visible fuerza.
“Seguiré estudiando en el colegio y darle un ejemplo bueno a la juventud para que aprendan que les puede pasar a ellos también, si se descuidan”, dijo Bermúdez que a pesar de los casi 20 años en la cárcel, presenta un aspecto juvenil, físicamente estable y a decir de muchos y muchas, el ex prisionero, tiene la apariencia de un actor de cine.
Su llegada al barrio no sólo atrajo a sus conocidos, sino también a muchos curiosos jóvenes, hombres y mujeres que desconociendo la información sobre su caso, preguntaban a este reportero si se trataba de alguna celebridad.
Bermúdez que comenzó a estudiar la carrera de psicología en la cárcel, faltándole sólo dos semestres, dijo que completará sus estudios en Mercy College y que también quiere estudiar otra carrera.
“Mi intención es ayudar a la juventud y a otro a superar los obstáculos que se les presentan en el camino”, dijo. “Seguiré pá lante porque nuestra comunidad necesita de mucha ayuda con sus jóvenes”, agregó.
Preguntado sobre los rumores de que hará una demanda por $100 millones de dólares, respondió en medio de estridentes gritos de júbilo que aunque se ha puesto con el abogado, no ha pensado en el monto y terminó con sonoro:
“Yo, lo que quiero es comer”.
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