Una señora de 33 años que había sido reportada como desaparecida desde el pasado 21 de diciembre fue encontrada muerta en estado de descomposición dentro una cisterna de un almacén, ubicado en el sector Quija Quieta, de Moca, donde laboraba su ex concubino y vigilante privado, Ramón Aridio Ovalles Pérez, quien fue apresado por las autoridades policiales luego que admitira haber cometido el crimen. La victima Ana Arelis Ureña Ureña, quien dejó cuatro niños en la orfandad, fue encontrada por personal del Departamento de Investigación de Personas Desaparecidas, presentando heridas en el cuello, ocasionadas por Ovalles Pérez alegadamente para no pagarle una pensión de 600 pesos por concepto de la manutención de dos menores.
La institución del orden precisó que la señora Ureña Ureña, según denunciaron sus familiares, salió desde su residencia en la calle Jacobo Majluta, Santo Domingo Norte, con destino a Moca para una vez allí gestionar que su ex concubino le pague la pensión de dos hijos que había procreado con esté.
No obstante, la señora Ureña Ureña, no regresó a su vivienda ni informó de su paradero luego que anunciara que había llegado a Moca y que regresaría el mismo día luego de contactar al señor Ovalles Pérez.
Posteriormente, el padre de la hoy occisa, señor Mario Antonio Ureña Ureña, residente en el sector Villa Rosa, Santiago, se presentó por ante el Departamento de Desaparecidos, en esta capital, donde realizó una denuncia formal sobre la desaparición de su hija.
De inmediato, el teniente coronel Rafael Antonio Cabrera Sarita, inició las pesquisas de lugar y solicitó orden de arresto contra el vigilante Ovales Pérez, tras comprobarse mediante ardua labor investigativa que realizó varias llamadas a través del celular de la hoy occisa, debido a que negaba haber visto a la madre de sus dos hijos en la fecha de su desaparición.
La Policía precisó que el detenido al ver los reportes de llamadas telefónicas y después de un amplio interrogatorio admitió que ciertamente asesinó a la señora Ureña Ureña, molestó por que está le cobraba una pensión de 600 pesos por sus dos hijos.
Tras la confección, personal de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM), se trasladó a la Quija Quieta, Moca, donde en compañía de autoridades del Ministerio Público, la Policía Científica y el médico legista, se procedió a levantar el cadáver de la señora Ureña Ureña, dentro de una cisterna.
La institución del orden precisó que la señora Ureña Ureña, según denunciaron sus familiares, salió desde su residencia en la calle Jacobo Majluta, Santo Domingo Norte, con destino a Moca para una vez allí gestionar que su ex concubino le pague la pensión de dos hijos que había procreado con esté.
No obstante, la señora Ureña Ureña, no regresó a su vivienda ni informó de su paradero luego que anunciara que había llegado a Moca y que regresaría el mismo día luego de contactar al señor Ovalles Pérez.
Posteriormente, el padre de la hoy occisa, señor Mario Antonio Ureña Ureña, residente en el sector Villa Rosa, Santiago, se presentó por ante el Departamento de Desaparecidos, en esta capital, donde realizó una denuncia formal sobre la desaparición de su hija.
De inmediato, el teniente coronel Rafael Antonio Cabrera Sarita, inició las pesquisas de lugar y solicitó orden de arresto contra el vigilante Ovales Pérez, tras comprobarse mediante ardua labor investigativa que realizó varias llamadas a través del celular de la hoy occisa, debido a que negaba haber visto a la madre de sus dos hijos en la fecha de su desaparición.
La Policía precisó que el detenido al ver los reportes de llamadas telefónicas y después de un amplio interrogatorio admitió que ciertamente asesinó a la señora Ureña Ureña, molestó por que está le cobraba una pensión de 600 pesos por sus dos hijos.
Tras la confección, personal de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM), se trasladó a la Quija Quieta, Moca, donde en compañía de autoridades del Ministerio Público, la Policía Científica y el médico legista, se procedió a levantar el cadáver de la señora Ureña Ureña, dentro de una cisterna.
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